Este nuevo año trae muchos desafíos y se necesita -desde mi punto de vista- algunas características que nos ayuden a caminar por estos 12 meses, y los he titulado «Las 4 ‘C’ de un Campeón». Pueden muchas más, pero creo que estas son básicas para seguir caminando. Recordemos algo: Dios no se equivoca, no hace basura, somos campeones a Sus ojos. El problema es que muchas veces no lo entendemos y no sabemos cómo lograr que eso sea una realidad. Que no nos bajemos el piso y que otros vean en quién estamos confiando y de qué estamos hecho.
¿Cómo nos ve Dios?
1) Él dice en Jeremías 29:11: «Los planes de Dios son buenos». Dios quiere un buen futuro en nuestra vida.
2) Dice en Romanos 6:37: «Somos más que vencedores».
Definamos qué es un Campeón: El vencedor de una determinada competencia. Persona o equipo que obtiene la primicia en una competencia. Para tener un corazón de Campeón debemos tener 4 «C» que marcarán nuestro corazón:
- Convicción: Fe. «Es pues la fe, la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.» (Hebreos 11:1). Es estar convencido de que Dios -aunque no lo veamos- lo está haciendo. Debemos movernos por fe, no detenernos por temor. (Romanos 8:24-25; 2° Corintios 4:18).
- Conversión: Cambio de actitud con la que enfrentamos la vida. De nada nos sirve decir «sí, yo sé que Dios lo hará», pero nuestra actitud no lo demuestra. (Isaías 55:7; Hechos 3:19).
- Competencia: Una batalla conmigo mismo. El que detiene nuestro avance somos nosotros mismos (1° Corintios 9:24). Se requiere esfuerzo y preparación: Mucho se dice y se piensa que debemos competir contra los demás pero debemos recordar que la vida es un campo de cooperación. Ejemplo: Carlos Pérez, un falsificador de billetes de $20, fue descubierto por el dueño de una tienda de abarrotes. Despertó sospechas y la policía revisa su casa y se da cuenta que tenía todo un cartel de distribuidores de billetes falsos. Cuando es encarcelado, preguntan cuál fue su mayor engaño, y este contesta: «Siempre pensé que era lo mejor y que no me descubrirían, pero me equivoqué».
- Compromiso: Se demuestra con hechos y no solo palabras. Tenemos un pacto que cumplir (Hebreos 10:18-19; Isaías 35:4). El corazón de un Campeón se caracteriza por su determinación de llegar a hacer realidad su sueño, a seguir adelante, su constancia, su palabra y por no ver las circunstancias, sino ver siempre que su propósito en la vida está por encima de todo.
Te invito a seguir caminando.
Autor: Ray Corea
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