Si te pregunto quién eres, seguramente te presentarás con tu nombre y tu apellido. Me contarás de dónde vienes, quiénes fueron tus padres o abuelos, a qué te dedicas, cuál es tu hobby en tu tiempo libre y muchas cosas más que te caracterizan.
Me gustaría que este año nuevo, este 2023, lo empieces reconociendo quién eres realmente. No en los papeles de un documento, ni en los detalles de un título universitario o de un contrato de trabajo.
Estoy segura que, si te fijas en tus contactos de celular o en tu lista de amigos de Instagram, tienes muchas personas con tu mismo nombre. ¿Cómo las diferencias? Quizás por su apellido, por el lugar donde la conociste, su profesión, etc.
Tu identidad no depende de cómo luces, cuánto dinero tienes, lo que otros dicen que eres o lo que tú mismo crees que eres. Tampoco importa a quién te parezcas… apuesto que hay muchas personas con tu mismo nombre o con tu parecido. Pero nada de todo eso determina quién eres realmente.
El día que conocimos a Jesús, somos nuevas personas, aunque nuestro exterior sea exactamente igual, nuestro interior ya no lo es y no lo volverá a ser nunca. Nuestro pasado murió en la cruz el día que Jesús murió y resucitó. Tenemos una nueva identidad (2° Corintios 5:17). Somos hijos de Dios aun antes de nacer (Romanos 8:29). Él nos eligió, no fue azar ni suerte, ni casualidad, ni nada de eso, Dios te eligió a ti y a mí (Efesios 1:5). Dios te creó (Jeremías 1:5) y te amó desde siempre. En Jeremías 31:3 dice que nos amó con amor eterno. Ese amor no se termina, ni se cansa de nosotros. No se mide, es eterno.
Así como Dios nos creó y nos eligió, también nos dio un propósito para nuestra vida aquí en el mundo. Fuiste creado específicamente de esa forma (en lo físico como en personalidad) para cumplir con tu propósito.
Deseo de todo corazón, que este año nuevo que comienza, recuerdes cada día quien eres; no eres un número más, eres hijo de Dios, creado, elegido, amado y protegido (Juan 17:11) por un Dios perfecto que tiene todo calculado y bajo control.
¡Hola! Soy Natalia Kaukian. Hija menor de un papá pastor y una mamá médica. Uno ayuda con las heridas físicas, el otro con las heridas espirituales. De ese combo nací yo, Nati de “@milla.extra”. Docente, casada con un músico, recientemente mamá y, por sobre todas las cosas, cristiana… cristiana por convicción.
